La máscara habitada constituye una serie de piezas que exploran —mediante diferentes técnicas del grabado— múltiples facetas del ser. Ahonda en la condición humana, en sus variadas complejidades, antagonismos y en su relación con la dimensión animal.

 

Habitar una máscara, poblar de reflexiones el instrumento que nos permite ser otro, exige el esfuerzo de explorar límites, de forma y contenido, de tránsito entre lo real y lo fantástico.

 

La máscara habitada provoca, hiere, apela a las heridas del espectador, pero también restaña y cicatriza lo evocado. El fotógrafo Philippe Halsman dijo al describir su famosa serie sobre saltos: «Cuando pides a una persona que salte, su atención se centra en el acto de saltar y la máscara cae, de modo que aparece la persona verdadera». Así, estas piezas provocadoras de saltos visuales, levantan súbitamente la mirada que, al caer, desenmascara tópicos, descubre artificios. Cuando miras profundamente una máscara, la máscara también mira dentro de ti.

 

Axel Juárez